Mi gran gozo es ver a las personas caminar de un punto a otro: primero, diferenciados de sus posibilidades y después abriendo sus ojos a la fuerza que siempre han tenido, pero que ellos mismos no reconocían. Despertar a este nuevo entendimiento les hace conectar con su valentía, con los recursos más valiosos que sí tienen y que son la fuente de vida, de persistencia y de perseverancia que necesitan para seguir, y que han pasado por alto por años y años.
Agradezco acompañar a las personas en su camino del alma. Verles liberarse de las emociones atávicas que les impiden ser quien son llamados a ser, y vivir su propósito mayor.
Ceso hacia su descubrimiento emocional y el ascenso de su liderazgo, disfruto mucho cada experiencia, cada vida que se despliega hacia una mirada consciente y amorosa. Ver los cambios y la evolución en el proceso del acompañamiento significa mi vida y mi propósito mayor.